Misterio y Superficialidad

Me permito traer una cita de Ken Wilber, el pope de la psicología Integral, extraída de su libro “Sexo, Ecología y Espiritualidad”:
“Con cierta frecuencia se dice que, en los mundos moderno y postmoderno, las fuerzas de la oscuridad se ciernen sobre nosotros, pero yo creo que eso no es cierto y que, tanto lo oscuro como lo profundo, encierran verdades curativas. Las fuerzas que amenazan a la Verdad, la Bondad y la Belleza no son en mi opinión, las de la obscuridad, si no las de la superficialidad que, irónicamente, se presentan disfrazadas como profundas. Por ello digo que el peligro que acecha al mundo actual es el de la superficialidad y que, en consecuencia, este es el reto al que debemos enfrentarnos.
Tal vez hayamos perdido la Luz y las Alturas, pero me parece mucho peor haber perdido el Misterio y la Profundidad, la Vacuidad y el Abismo y habernos extraviado en un mundo de sombras y de superficies, de exterioridades y cáscaras cuyos profetas nos exhortan a lanzarnos de cabeza del lado de la piscina que no cubre.”
Dejando a un lado el curioso e interesante título del libro donde está escrito este párrafo, lo que me llega es que la nueva mística (si fuese posible denominarla así, caso que dudo, porque esta visión es tan antigua como la práctica transcendente del ser humano) se centra no tanto en la eterna lucha del Bien y del Mal, sino en la decisión personal (sí, de cada uno de nosotros) de quedarnos en la superficie o atrevernos a buscar lo Profundo, el lado Real de la vida. Pero ¿Quién tiene tiempo para ello? ¿Quién puede sentarse a meditar todos los días, a dejarnos caer sobre nosotros mismos, sobre nuestra esencia? ¿Quién puede disfrutar de una sadhana, es decir, una práctica espiritual explícitamente estructurada?
La respuesta es muy sencilla: Tú. Y yo también. Y el vecino de abajo. No te lo tomes como una posibilidad interesante, sino como la revolución vital que necesitas.
Mientras tanto lo hacemos, seguiremos transitando en la parte superficial de la existencia, sujetos a vaivenes tormentosos.
Es la gran decisión de nuestra vida.
Feliz día.
Gendo