La Atención Plena o Mindfulness: el fundamento de la Presencia
Vivir presente (en presencia) significa vivir plenamente consciente.
Somos seres potencialmente conscientes, quizás el ser más consciente en todo nuestro planeta.
Pero no siempre estamos conscientes.
Quizás alguna parte de nuestro ser lo está, o en alguna medida, pero la plena consciencia es un proceso infinito. Y por ende la plena Presencia.
Por ello necesitamos cultivar nuestra capacidad de estar conscientes, y devenir el ser consciente que ya somos.
¿Qué preciso para estar consciente? Desplegar la atención con la mayor amplitud y profundidad posible.
La atención a través de los sentidos: ver, oler, tocar, gustar, sentir el contacto.
La atención a través de la propiocepción interna del cuerpo…
La atención a través de la percepción y contacto con las emociones que albergas interiormente, que emergen, fluyen y se desvanecen. (Eso si no entramos en un mecanismo de bloqueo que fija la sensación en nuestro cuerpo e impide una sana fluidez emocional).
La atención a través de la observación de nuestros pensamientos en nuestra mente intelectual.
La atención a través de los estados profundos del ser que te abren a la percepción de otros niveles de la vida y de tu vida.
Es fácil, comienza por un ámbito, elige una sencilla acción de atención, reitera esta acción, una y otra vez, muchas veces cada día.
Existe un pilar fundamental para el trabajo, nuestra respiración. Un puente entre el cuerpo y la mente, las emociones y los pensamientos, nuestro nivel consciente e inconsciente.
Ensaya prestar atención a tu respiración, varias veces al día: tres, cinco, diez, cien respiraciones cada vez. Y simplemente descansa tu atención en sentir las sensaciones que provoca el aire en tus fosas nasales.
El camino es infinito, cuanto antes comienzas a caminar, antes disfrutarás del Viaje…