Preparando un Vipassana

En mi periplo semanal de encontrar un pequeño texto que subir al blog, buscando un tema que resulte, espero, interesante, he recordado un viejo cuento zen:
“Un buen día, el maestro dijo:
-Desgraciadamente es más fácil viajar que detenerse.
Los discípulos quisieron saber por qué.
-Porque mientras viajas hacia una meta, puedes aferrarte a un sueño; pero cuando te detienes, tienes que hacer frente a la realidad.
-¿Pero entonces cómo vamos a cambiar si no tenemos ni metas ni sueños?-Preguntaron perplejos los discípulos.
– Para que un cambio sea real, tiene que darse sin pretenderlo. Haced frente a la realidad y, sin quererlo, se producirá el cambio.”
Mientras estamos en la dinámica de perseguir incesantemente nuestros sueños, somos incapaces de ver lo realmente importante. Es más, somos víctimas de nuestra propia locura. Nos metemos en una vorágine que engulle y justifica todo. Solo cuando hacemos una parada en seco, sentimos que nuestra vida se reorienta.
Cada vez somos más las personas de este selecto club, el de los que se atreven a tomarse un tiempo para encontrarse directamente con la realidad, como decía el maestro del cuento. Pertenecer a este club tiene un precio elevado: hacer frente a la realidad duele, duele mucho, al menos al principio. No todo el mundo está dispuesto a pasar por ahí.
Sin el silencio, no podemos acceder a nuestro auténtico propósito. Sin contactar con nuestro propósito, somos veletas que no pueden arraigarse. Por eso es tan importante recluirnos unos días a vernos como somos en realidad. Esta es la esencia de los retiros Vipassana. Ya sea con nosotros o con otras organizaciones que lo realizan, proponte hacer un retiro Vipassana antes que sea la vida, con una de sus innumerables y cíclicas crisis, te plante. La metodología empleada te ayudará a no transitar tu sol@.
Si has realizado algún retiro Vipassana, poco te puedo decir. Y si no lo has hecho aún, ¿a qué estás esperando para sumergirte en esta experiencia?
Feliz día.
Gendo