Schhh… escucha tu cuerpo, tiene mucho que contarte

Tendemos a considerar nuestro cuerpo como el autobús que cogemos para ir de un lado a otro. Pero la realidad no es que tengamos un cuerpo, sino que somos cuerpo. Mientras más hemos separado nuestra identidad de la propia expresión corporal, más nos sentimos fragmentados, con la sensación de no ser nosotros.
Nuestro cuerpo, que nos define y nos habla, es el mapa donde nuestros conflictos psicológicos van imprimiendo su huella y, poco a poco, en función de nuestras vivencias, se va configurando una coraza muscular. Esta coraza distorsiona el flujo de energía vital.
Toda alteración emocional trae consigo el bloqueo de flujo de energía y una reducción de la movilidad (por la dificultad de expresar sentimientos como ira o amor). Observa que cuando algo te desagrada, los brazos y el pecho se tensan.
Aligerar nuestra carga emocional nos ayuda a evitar malestares psicosomáticos. No se trata de huir de lo que ocurre en nuestro cuerpo sino de aceptarlo. Si estás cansad@, descansa; si tienes frío, abrígate; si tienes ganas de comer, come y, si tienes ganas de llorar, ¡hazlo! Si te duele el cuerpo, escúchalo, él es sabio y te guiará.
La eliminación de rigideces se consigue mediante el movimiento y la expresión. Relajar el pecho y expandir la respiración son el camino para abrir el flujo de la energía vital. Sencillo, certero y a nuestro alcance en cualquier momento.
El equipo entuZentro te desea una semana de atención a tu respiración