Un rito

Los ritos son muy importantes en nuestra vida. Todos tenemos muchos, aunque no seamos conscientes de ello. Cómo nos despertamos, cómo subimos al coche, cómo saludamos a nuestras personas cercanas, etc. Yo, todos los días a las 7 de la mañana, comienzo un pequeño rito al que estás invitad@.

Enciendo el portátil, abro en Zoom una reunión llamada Meditación Grupal, preparo los zafutones y los cojines, la campana y el avisador de meditación. Espero que los participantes vayan entrando uno tras otro y tras la sala de espera les voy dando acceso a la reunión, todos en silencio, hasta que llegan las 7, 15.

En ese momento abro la cámara (que había permanecido apagada tras breve prueba) y el micrófono y comenzamos los ejercicios, siempre los mismos. Son cinco seis minutos de estiramientos (la mayoría de ellos activan la columna vertebral, en mi modesta opinión básica para tener una buena salud y no solo física), nos desperezamos antes de sentarnos a meditar, en silencio, media hora.

Previamente nos hemos acercado la cámara para que se nos vea mejor, doy tres veces a la campana (a la manera tradicional zen), activo el reloj los treinta minutos reglamentarios y permanecemos inmóviles y en silencio todo este tiempo. Cuando termina, nos levantamos, saludamos y nos deseamos, ya con todos lo micrófonos activados,  muy buen día.

Así todos los días desde hace al menos seis meses, de lunes a domingo. Es nuestro pequeño rito de comienzo de la mañana. A veces parece aburrido, a veces surge la tentación de modificarlo, pero nos seguimos manteniendo fieles, día tras día, siempre la misma forma de actuar, el mismo circuito, los mismos gestos. Hemos sido diez o doce personas las que nos conectábamos en un principio, ahora somos unas veinticinco entre semana (los sábados y domingos bajan los participantes a entre doce y quince). Ahora somos unas veinticinco cámaras y creciendo.

¿Por qué lo hacemos? Porque este pequeño rito funciona. Algo tan simple nos da equilibrio en nuestro día a día. Sentarnos a meditar, aunque sea on line con otras personas, nos ayuda a llevar mejor nuestra cotidianidad, nos da estructura, nos da confianza, nos da fuerza, nos da estabilidad, nos da seguridad. Un gesto tan sencillo y nimio. Media hora en silencio, unos ejercicios previos.

Personalmente, me maravillo de que este acto tan simple me ayude tanto en mi vida.

Muchas gracias por estar ahí a los que os conectáis. Y si deseas participar en este pequeño gesto diario, pídenos los enlaces aquí: https://www.entuzentro.com/portfolio/meditacion-grupal-gratuita/

Feliz día.

Gendo